El aborto, uno de los problemas que hoy en día inquieta a la sociedad; en algunos paises ya es visto con toda normalidad pero en otros es ilegal y penado.

viernes, 8 de febrero de 2008

TRASTORNOS POR ESTRES POST-TRAUMATICO


Un importante muestreo concluyó que al menos un 19% de mujeres que han abortado padecen trastornos por estrés post-traumático (PTSD). Aproximadamente la mitad presentaba muchos de los síntomas de PTSD, aunque no todos, y entre un 20 y un 40 % mostraban niveles de estrés que fluctuaban entre moderados y altos, así como conducta evasiva respecto a sus experiencias abortivas. Puesto que nos hallamos ante una alteración grave que puede estar presente en muchas demandantes, y que no es fácilmente comprendida fuera de la profesión de asesor, el siguiente resumen será más completo que otros apartados de esta sección. El PTSD es una disfunción psicológica producto de una experiencia traumática que anula los mecanismos normales de defensa de una persona, derivando en miedo intenso, sensación de desvalimiento o de estar atrapado, o en pérdida del control. El riesgo de que una experiencia resulte traumática se incrementa cuando el hecho traumatizante es percibido como susceptible de conllevar amenazas de lesión física, violación sexual o presencia personal o participación en una muerte violenta. Se da el PTSD cuando el hecho traumático produce la hiperexcitabilidad de los mecanismos de defensa de vuelo o lucha. Tal hiperexcitación provoca que estos mecanismos de defensa se desorganicen, desconectados de las circunstancias presentes, y empiecen a funciona por su cuenta, dando lugar a una conducta anormal y a graves trastornos de la personalidad. A guisa de ejemplo de esta deconexión de funciones mentales, puede ocurrir que alguna víctima de PTSD experimente una intensa emoción, pero sin clara memoria del hecho; otros pueden recordar cada detalle pero sin emoción; otros incluso pueden revivir tanto el hecho como las emociones en furtivas y abrumadoras experiencias de flashback.
Las mujeres pueden interiorizar el aborto como una experiencia traumática por varias razones. En muchos casos llegan a él forzadas por maridos, novios, padres u otros. Si la mujer ha sido victima en repetidas ocasiones de abuso de posición dominante, el aborto forzado puede ser percibido como la violación definitiva en el curso de una vida marcada por el abuso. Otras mujeres -sin importar cuánto de imperioso tuviesen las razones por las que recurrieron al aborto- pueden incluso percibir el final de su embarazo como la muerte violenta causada a su propio hijo. El miedo, la ansiedad, el dolor y la culpa asociada al procedimiento aparecen entreverados en esta percepción de muerte violenta y grotesca. Algunas mujeres aun dan cuenta de que el dolor del aborto, desatado sobre ellas por un extraño enmascarado que asalta su cuerpo, se siente como idéntico al de una violación. En efecto, los investigadores han concluido que las mujeres en cuya historia clínica constan agresiones sexuales pueden sentir mayor angustia durante y después de la práctica del aborto a causa de estas asociaciones entre ambas experiencias. Cuando el factor de estrés que conduce al PTSD es el aborto, algunos clínicos lo denominan Síndrome Post-aborto (PAS).
Los síntomas más importantes del "PTSD" son clasificados generalmente en tres categorías: hiperexcitación, intrusión y constricción.
La persona se halla por lo visto en permanente alerta frente a amenazas de peligro. Los síntomas de hiperexcitación incluyen: respuestas exageradamente sobresaltadas, ataques de ansiedad, irritabilidad, explosiones de ira o rabia, conducta agresiva, dificultad para concentrarse, hiper-vigilancia, dificultad para conciliar el sueño o mantenerse despierto, o reacciones fisiológicas ante situaciones que simbolicen o se asemejen a algún aspecto de la experiencia traumática (por ejemplo, aceleración del pulso o sudoración durante un examen pélvico, o al tiempo de oír el sonido de una bomba neumática).
La intrusión consiste en revivir el hecho traumático involuntaria e inesperadamente. Los síntomas de intrusión en los casos de PAS incluyen: pensamientos recurrentes e intrusivos sobre el aborto o el niño abortado, flashbacks en los que las mujeres vuelven a vivir momentáneamente un aspecto de la experiencia abortiva, pesadillas sobre el aborto o el niño, o reacciones de intenso pesar o depresión en la fecha del aniversario del embarazo abortado o del aborto.
La constricción consiste en paralizar los recursos emocionales o en desarrollar patrones de conducta, de forma se que eviten los estímulos asociados con el trauma. Se trata de la conducta evasiva; un intento de negar y de evitar las sensaciones negativas de gente, lugares, o cosas que agraven las sentimientos negativos asociados con el trauma. En los casos de trauma post-aborto, la constricción puede incluir: incapacidad para recordar la experiencia abortiva o partes importantes de ella; esfuerzos por evitar actividades o situaciones que puedan excitar los recuerdos del aborto; abandono de relaciones, en especial, alejamiento de aquéllas que tuvieron que ver con la decisión de abortar; evitación de hijos; intentos de evitar o negar pensamientos o sensaciones relacionadas con el aborto; escasa presencia de sentimientos relacionados con el amor o la ternura; visión del futuro como en escorzo (p. ej. no esperar tener una carrera, casarse, criar hijos o una vivir una vida larga); interés reducido por actividades con las que antes se disfrutaba; abuso de drogas o alcohol; pensamientos o actos suicidas y otras tendencias autodestructivas.
Como ya se mencionó, el estudio de Barnard identificó un porcentaje del 19 % de PTSD entre mujeres a las que les fueron practicados abortos entre tres y cinco años antes. Pero en realidad el porcentaje efectivo es mayor con toda probabilidad. Como la mayoría de los estudios post-aborto, el de Barnard estaba lastrado por un porcentaje de omisiones del 15 %. La experiencia clínica ha demostrado que las mujeres que menos suelen cooperar en una investigación post-aborto son aquéllas a las que el aborto ha causado mayor angustia psicológica. La investigación ha confirmado esta intuición, demostrando que las características demográficas de las mujeres que rechazan la evaluación posterior, coinciden en su mayoría con las de las mujeres que padecen la angustia post-aborto más acentuada. La extraordinariamente alta tasa de negativas a participar en estudios post-aborto puede ser interpretada como evidencia de constricción o de conducta de evitación (no querer pensar en el aborto) que es un destacado síntoma de PTSD.
Para muchas mujeres, el comienzo o la identificación inequívoca de los síntomas del PTSD pueden demorarse durante varios años. Hasta que una persona aquejada de PTSD ha recibido consejo y logrado un adecuado restablecimiento, el PTSD puede dar lugar a una incapacidad psicológica que impediría a una paciente de aborto afectada interponer una demanda judicial dentro del período normal establecido por la ley. Esta incapacidad puede, sin embargo, proveer de base legal para obtener una prórroga de dicho plazo.

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