El aborto, uno de los problemas que hoy en día inquieta a la sociedad; en algunos paises ya es visto con toda normalidad pero en otros es ilegal y penado.

viernes, 8 de febrero de 2008

EL SINDROME POST-ABORTO

La segunda víctima del aborto es la mujer. Las mujeres que han abortado tarde o temprano han sufrido lo que se conoce como "Síndrome Post-aborto". Así lo reconoce la organización abortista más importante del mundo: la Federación Internacional de Planificación Familiar. En su Plan Trienal y Programa de Objetivos a Largo Plazo 1990-1993 afirma que: "la incidencia del trauma post-aborto para clientas de abortos quirúrgicos puede llegar a alcanzar hasta el 91% de los casos."
El Síndrome Post-aborto toma su nombre del Síndrome Post-Vietnam, porque fue en los años de esa terrible guerra cuando se legalizó el aborto el EE.UU.
Como no había ya bastantes guerras en el mundo, quisieron declarar la peor de todas, la de los poderosos contra los más débiles, la de los nacidos contra los no nacidos, la de la madre contra su hijo, la de un médico contra su paciente, la de un Estado contra su pueblo... la guerra de las guerras.
Pero al igual que los soldados que volvían de Vietnam traían esa guerra en sus entrañas para atormentarles el resto de sus vidas, así las mujeres que abortaban empezaron a sufrir los mismos síntomas que esos soldados, la misma angustia, la misma desesperación, la misma culpa: pesadillas, insomnio, alcoholismo, agresividad o depresión, psicosis... y suicidio.
Pero en las mujeres, este Síndrome que estremeció al mundo en los rostros y las historias de esos pobres soldados, es mucho más grave aún, porque es oculto, es secreto, es reprimido, es ignorado y es tabú.
A los ojos del mundo, no les pasa nada porque el aborto es "legal", y por definición, lo que es legal debe ser bueno, y lo que es bueno no puede hacer mal. Luego, a las mujeres que abortan no les puede pasar nada, y si les pasa es su problema, es que, además, son idiotas o están desequilibradas... pero no por el aborto, claro.
La sociedad no puede admitir que una mujer esté atormentada por algo que la sociedad misma le ha procurado, no puede reconocer que le ha dado veneno para beber y que por eso se está quemando por dentro.
Y todos miran para otro lado mientras que las mujeres se vuelven locas: 64% de ellas ingresaron en hospitales psiquiátricos tras su aborto, según un estudio de la Universidad de Baltimore, USA, en 1984; "el 59% sufren trastornos psiquiátricos graves y permanentes tras el aborto" según la Real Academia de Obstetricia de Inglaterra... etc.
Cientos de estudios de muchos países abortistas como Estados Unidos, Canadá, Francia, Inglaterra, Suiza, Australia, Dinamarca y Finlandia han llevado este Síndrome a los manuales Psicología y Psiquiatría de numerosas universidades.
Otra de las graves secuelas del aborto que se está descubriendo en estos últimos años es el cáncer de mama. Junto con el gran aumento de los cánceres del aparato reproductivo de la mujer, el cáncer de mama ha sufrido un aumento espectacular en los últimos 20 años en todos los países donde se ha generalizado el aborto. Y no en mujeres en edad de la menopausia, como solía ser, sino en mujeres cada vez más jóvenes.
Pero más aún, cuando la mujeres abortaba a su primer hijo antes de los 18 años y tenían antecedentes familiares de cáncer, el riesgo relativo llegaba ¡al infinito! De las 12 mujeres de su muestra con este perfil, el 100% desarrollaron cáncer de mama antes de los 45 años.
Y en las mujeres sin antecedentes familiares, el aumento del riesgo era de un 150%. En mujeres que ya habían llevado un embarazo a término, el riesgo de cáncer de mama en las que abortaron era de un 50% más; entre ellas, las jóvenes menores de 18 años y mayores de 29 con aborto provocado aumentaron el riesgo más de un 100%.
¡Y los médicos siguen diciendo que el 50% de los factores de riesgo del cáncer de mama son desconocidos!
Actualmente hay más de 38 estudios epidemiológicos internacionales, de los cuales 29 muestran una correlación positiva y significativa entre aborto y cáncer de mama. De ellos, 5 estudios indican el doble de riesgo… o más. No hay más que ver las estadísticas y los años en que se ha producido el aumento de casos: pocos años después de la legalización del aborto en cada país.
La Asociación Norteamericana de Psiquiatría, a principios de los años 80, identificaba la depresión, la hostilidad, el desinterés y aislamiento, las imágenes recurrentes, el insomnio y pesadillas, y la incapacidad de expresar sentimientos como secuelas psicológicas del aborto.
Otros estudios posteriores muestran un alto índice de intentos suicidas, de alcoholismo, bulimia y anorexia, frigidez y disfunciones sexuales, ruptura de relaciones de pareja (un 70%), de maltrato doméstico y autolesiones, de incapacidad de concentración, agotamiento y nerviosismo, crisis histéricas y agresividad.
En España, el único estudio existente es el informe de 1993 de la Asociación Española de Neuropsiquiatría titulado "Mujer y salud mental" que señalaba como rasgos de las mujeres que abortan más de una vez la inmadurez, la inestabilidad emocional, la sexualidad pasiva y dependiente, la aversión a los métodos anticonceptivos, los problemas de pareja, conflictos con los padres, mala auto imagen, vivencias negativas o traumáticas, y tendencia y rasgos de personalidad patológica: esquizofrenia, paranoia y psicopatía.
Si el tabaco ha levantado tamaña polémica y sus riesgos se anuncian a bombo y platillo, ¿cómo no exigir lo mismo para algo infinitamente peor como es el aborto?
Si el Estado permite el crimen del aborto, tiene, al menos, la obligación de informar a sus ciudadanos sobre los graves riesgos que entraña, tanto para la mujer como para toda la sociedad. Procuremos todos que así sea.
Pilar Gutiérrez Vallejo

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